Adios a la bolsa de plástico a partir de 2010
Las bolsas son un producto extremadamente nocivo, y al mismo tiempo, prescindible y fácilmente reemplazable. Pero el nuevo plan, aunque bienintencionado, se queda en plan, y no en una norma de estricto cumplimiento. El plan de residuos apunta a prácticas que pueden facilitar la erradicación de las bolsas, pero no obliga a seguirlas.
Que el plan del Gobierno peca de relajación ha quedado de manifiesto con la reciente controversia vivida en la Generalitat de Cataluña. Allí el Ejecutivo está negociando este mes un acuerdo con el comercio para reducir el uso de bolsas de plástico. De momento ha aceptado la propuesta de los vendedores de limitar su consumo hasta el 50% hasta el 2012, con medidas que evitan la imposición de una tasa. Pero ha advertido de que, si en dos años no se ha logrado moderar el consumo en un 30%, se optará por el cobro. La decisión contradice los plazos fijados por el plan de residuos, que debería ser el marco de referencia para todas las comunidades. Además, no ha dejado indiferente a las asociaciones ecologistas catalanas, que no han tardado en desmarcarse de una medida que consideran insuficiente y templada.
La Administración evita a toda costa el enfrentamiento con las grandes cadenas de supermercados y con el consumidor, que no concibe tener que abonar por algo que ha sido gratis durante mucho tiempo. Pero lo cierto es que en Europa hacer pagar por las bolsas se ha demostrado la manera más efectiva para reducir su uso. Irlanda impuso, desde 2002, una tasa de 0,20 euros sobre las bolsas, lo que ha reducido su consumo en un 70%. Desde entonces, la iniciativa se ha extendido a varias ciudades de Reino Unido. En Alemania y Bélgica los clientes también pagan por las bolsas. En Estados Unidos, la ciudad de San Francisco fue pionera en el cobro de las bolsas, medida que están estudiando Boston y Oakland. En otros países, como en China, son más drásticos en los métodos. Allí el Gobierno ha prohibido a los comercios distribuir bolsas desde hace un año.
Para Leticia Balsega, responsable de la campaña de residuos de Ecologistas en Acción, "que las bolsas de plástico se distribuyan gratuitamente es un grave error, porque en realidad son un producto muy costoso para el medio ambiente". Sostiene que el Gobierno podría prohibirlas sin trauma alguno para el consumidor.
Libres de imposiciones de este tipo, en España las grandes cadenas de supermercados han comenzado a adaptarse a la nueva perspectiva que prefigura el Plan Nacional Integrado de Residuos, cada una a su modo. La empresa Carrefour acaba de poner en marcha un plan de extinción de las bolsas que tendrá lugar hacia finales de año. Para entonces, en los mostradores reinará todo un abanico de envases más sostenibles: reutilizables, como bolsas de tela, de rafia o carritos; o biodegradables y reutilizables, como bolsas de fécula de patata. De esta manera, la compañía va a dejar de emitir 6.000 toneladas de plástico al año. En los supermercados Eroski desde junio están disponibles bolsas de rafia que aguantan 50 usos, tras los cuales el supermercado se compromete a proporcionar una nueva bolsa gratis. El Corte Inglés ha empezado a comercializar bolsas reutilizables y le recuerda al cliente que modere el uso de las habituales.
Alternativas
- Bolsas de bioplásticos
- 100% biodegradables (se descomponen en 180 días).
- Reciclables: se desechan con los residuos orgánicos.
- No emiten CO2.
- Reutilizables: unos 15 usos.
- Compostables: recogidas junto con los desechos verdes, se convierten en compost, que sirve de abono.
- Bolsas de polietileno
- Reciclables: desecho en la bolsa amarilla.
- Bolsas de rafia
- No son reciclables.
- Reutilizables: de 50 a 150 usos.
Fuente: El país